





Presentación

El basilisco con casco o cabecirrojo, Basiliscus galeritus, es un lagarto común en los humedales boscosos de agua dulce.
De acuerdo con el último Informe de Riesgos Globales (2021) del Foro Económico Mundial, cuatro de los siete principales riesgos globales son ambientales. Entre ellos se destacan «las condiciones climáticas extremas», o «el fracaso de la acción contra el cambio climático».
El 7 de agosto de 2021 el Panel Intergubernamental en Cambio Climático de la onu produjo su sexto informe, sin duda alguna, el más importante emitido hasta la fecha. El estudio señala, entre muchos otros aspectos, que: i) existe evidencia concluyente para afirmar que la crisis climática ha sido causada por actividad humana; ii) muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años; y iii) algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.
El cambio climático es, sin duda alguna, el mayor desafío que enfrenta la humanidad y algunos de sus efectos se manifiestan cada vez con más violencia: temperaturas extremas que en algunos lugares superan los 50 ºC, inviernos helados que se prolongan más de lo normal, temporadas de huracanes y ciclones cuya fuerza devastadora deja a su paso destrucción y miseria, derretimiento de los glaciares, elevación del nivel de los océanos y lluvias torrenciales que inundan grandes extensiones. La mayoría de estos fenómenos son consecuencia de actividades humanas que, además de afectar bosques y alterar los ciclos de la naturaleza, han generado una enorme cantidad de gases de efecto invernadero mediante el uso de combustibles fósiles.
Con la publicación del libro ecológico Bosques entre la tierra y el mar, el Banco de Occidente y su programa Planeta Azul pretende despertar el interés por los ecosistemas que se encuentran en la frontera natural entre estos dos mundos tan diferentes. Uno de los escenarios más fascinantes de nuestro planeta, habitado por plantas y animales que se enfrentan al desafío inmenso de vivir en un ambiente siempre cambiante.
Los manglares han desarrollado ingeniosas estrategias para prosperar en entornos hostiles, inestables, pobres en oxígeno e influenciados por el agua de mar, condiciones adversas para la mayoría de las plantas. Sus adaptaciones impiden que la sal se acumule en sus tejidos y les permiten acceder al oxígeno y nutrirse. Gracias a su capacidad para vivir en este medio, han creado un ecosistema único que alberga infinidad de seres, tanto en las raíces en forma de zancos y en las ramas de sus árboles, como en los suelos fangosos en donde crecen. Un ambiente lleno de vida, que no solo presta invaluables servicios al ser humano, sino que cumple una función primordial en la mitigación de los efectos del cambio climático puesto que es el más efectivo del mundo por unidad de área para capturar y almacenar carbono.
Los guandales, otro de los ecosistemas presentes en esta frontera, son formaciones boscosas que permanecen inundadas por agua dulce la mayor parte del tiempo y prosperan sobre las llanuras deltaicas, detrás de la franja de manglares. En Colombia solo están presentes en la costa del Pacífico, con más del 90 % de sus 135.225 hectáreas concentradas en la gran llanura aluvial de los departamentos de Nariño y Cauca.
Este libro representa otro valioso aporte para el conocimiento de la naturaleza colombiana que el Banco de Occidente y su programa Planeta Azul ha desarrollado en su colección ecológica durante 37 años y que está conformada por los siguientes títulos: 1984, La Sierra Nevada de Santa Marta; 1985, El Pacífico colombiano; 1986, Amazonia, naturaleza y cultura; 1987, Frontera superior de Colombia; 1988, Arrecifes del Caribe colombiano; 1989, Manglares de Colombia; 1990, Selva húmeda de Colombia; 1991, Bosque de niebla de Colombia; 1992, Malpelo, isla oceánica de Colombia; 1993, Colombia, caminos del agua; 1994, Sabanas naturales de Colombia; 1995, Desiertos, zonas áridas y semiáridas de Colombia; 1996, Archipiélagos del Caribe colombiano; 1997, Volcanes de Colombia; 1998, Lagos y lagunas de Colombia; 1999, Sierras y serranías de Colombia; 2000, Colombia, universo submarino; 2001, Páramos de Colombia; 2002, Golfos y bahías de Colombia; 2003, Río Grande de La Magdalena, Colombia; 2004, Altiplanos de Colombia; 2005, La Orinoquia de Colombia; 2006, Bosque seco tropical, Colombia; 2007, Deltas y estuarios de Colombia; 2008, La Amazonia de Colombia; 2009, El Chocó biogeográfico de Colombia; 2010, Saltos, cascadas y raudales de Colombia; 2011, Colombia, paraíso de animales viajeros; 2012, Ambientes extremos de Colombia; 2013, Cañones de Colombia; 2014, Región Caribe de Colombia; 2015, Colombia, naturaleza en riesgo; 2016, El Escudo Guayanés en Colombia; 2017, Microecosistemas de Colombia, biodiversidad en detalle; 2018, Región Andina de Colombia; 2019, Praderas submarinas de Colombia, y 2020, Colombia territorio de biodiversidad.
Bosques entre la tierra y el mar, obra dirigida por el biólogo Juan Manuel Díaz Merlano, con fotografías de Diego Miguel Garcés Guerrero y Germán Montes Veira, entre otros, es un documento que nos deja ver la importancia que tienen para el planeta estos ecosistemas estratégicos, su estado de conservación y las amenazas que se ciernen sobre estos en las costas colombianas.
En el transcurso de los últimos 20 años los manglares se han convertido en uno de los ecosistemas mejor protegidos. Su conservación y restauración apunta a cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas relacionados con la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, puesto que, además de ser sumideros de carbono muy eficientes, amortiguan el impacto de tormentas y huracanes y fortalecen la resiliencia de las costas frente a los efectos de las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar. Continuar con este proceso es una imperiosa necesidad para el bien de las comunidades costeras y para el futuro de la humanidad.
César Prado Villegas
Presidente
BANCO DE OCCIDENTE
Introducción
En nuestro recorrido por los litorales colombianos para documentar los bosques entre la tierra y el mar, nos encontramos con una contrastante variedad de ambientes que tienen como común denominador permanecer en zonas influenciadas por las mareas.
En gran parte de la planicie del sur del Pacífico, y en algunas zonas del Caribe, después de internarnos en laberintos de caños —que en realidad son pequeños brazos de ríos que intentan llegar al mar— estuvimos en medio de una maraña de raíces de frondosos mangles en cuyos troncos se hospeda una enorme cantidad de epífitas: una escena llena de vida en la que prácticamente no hay espacio libre. Al visitar los humedales de agua dulce donde crecen los guandales del suroccidente de Colombia, también nos maravillamos con las manifestaciones de la naturaleza exuberante de los bosques tropicales.
En la Ciénaga Grande de Santa Marta, una de tantas lagunas costeras donde se mezclan aguas dulces con saladas, nos sorprendimos con ese espacio vital para los peces, que goza de las condiciones ideales para el desarrollo de especies de mangles que capturan gas carbónico y se nutren mediante infinidad de ramificaciones de sus raíces que salen del fango y se proyectan hacia el cielo.
En las islas del Caribe hallamos un mundo submarino lleno de color, que alberga a un sinnúmero de seres entre las raíces de los mangles, y en La Guajira pudimos comprobar cómo la naturaleza prospera aún en condiciones extremas. Es fascinante ver que, en medio de un desierto, pequeños rodales de mangles enanos se empeñen en cumplir una función primordial para dar sustento a multitud de aves, reptiles e insectos.
Bosques entre la tierra y el mar es una invitación a conocer estos singulares bosques y a entender la urgente necesidad de conservarlos, para que así podamos comenzar a solucionar parte del desastre medioambiental que la sobreexplotación de los recursos naturales ha causado en nuestro planeta.
El Editor

Los manglares forman parte del entorno natural de muchas comunidades costeras.