El macizo montañoso de la Sierra Nevada de Santa Marta contrasta con el relieve plano de la llanura Caribe.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Flor de sietecueros, Tibouchina lepidota, arbusto que crece en los bosques de niebla de la Sierra Nevada.
Fotografía: Angélica Montes Arango
El Caribe continental es muy rico en ecosistemas acuáticos de agua dulce. El río Badillo, Cesar, desciende de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fotografía: Archivo iM Editores
En el sotobosque de la selva húmeda tropical hay una gran variedad de palmas, arbustos y lianas.
Fotografía: Camilo Gómez Durán
Las ranas, entre ellas las de la familia Dendrobatidae o ranas venenosas, conforman un grupo característico de la selva húmeda.
Fotografía: Camilo Gómez Durán
Las orquídeas, las heliconias o platanillos y los hongos pudridores de madera son grupos bien representados en las selvas húmedas.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Las orquídeas, las heliconias o platanillos y los hongos pudridores de madera son grupos bien representados en las selvas húmedas.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Las orquídeas, las heliconias o platanillos y los hongos pudridores de madera son grupos bien representados en las selvas húmedas.
Fotografía: Camilo Gómez Durán
La mayor parte de árboles de los bosques secos pierden su follaje durante la época de sequía.
Fotografía: Archivo iM Editores
La vegetación de los bosques secos presenta ciclos de floración y fructificación muy marcados.
Fotografía: Archivo iM Editores
Una serpiente bejuquillo, Oxybelis aeneus, oculta en los matorrales del bosque seco.
Fotografía: Angélica Montes Arango
El aspecto del bosque seco durante la sequía suele ser muy distinto al que presenta en época de lluvias. Floración masiva al finalizar la temporada seca.
Fotografía: Archivo iM Editores
El aspecto del bosque seco durante la sequía suele ser muy distinto al que presenta en época de lluvias. Durante la estación lluviosa el bosque permanece verde.
Fotografía: Archivo iM Editores
Los arbustales de churumbelos, Lonchocarpus punctatus, constituyen la vegetación dominante en zonas bajas de la Serranía de La Macuira.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Algunos médanos avanzan, impulsados por el viento, entre las estribaciones de la serranía de La Macuira y contrastan con la vegetación del bosque bajo denso.
Fotografía: Archivo iM Editores
La serranía de La Macuira, atrapa la humedad que proviene del mar Caribe y da origen a fuentes de agua.
Fotografía: Archivo iM Editores
En la alta Guajira sorprende el contraste de la vegetación xerofítica del desierto, con la del bosque húmedo enano que se desarrolla en las partes altas de la serranía de La Macuira.
Fotografía: Angélica Montes Arango
La alta humedad que desciende de la serranía de La Macuira permite el crecimeinto de diversidad de plantas en las estribaciones.
Fotografía: Angélica Montes Arango
La alta humedad que desciende de la serranía de La Macuira permite el crecimeinto de diversidad de plantas en las estribaciones.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Al ascender por los flancos de la Sierra Nevada de Santa Marta, se observa el cambio gradual de la composición de la flora.
Fotografía: Archivo iM Editores
Al ascender por los flancos de la Sierra Nevada de Santa Marta, se observa el cambio gradual de la composición de la flora.
Fotografía: Archivo iM Editores
Los monos coloraos o aulladores, Alouatta seniculus, viven en los bosques de las zonas bajas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fotografía: Archivo iM Editores
Bosque montano subhúmedo con proliferación de palmas, en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fotografía: Archivo iM Editores
Panorámica aérea del superpáramo y de la zona nival de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fotografía: Camilo Gómez Durán
La monotonía de las sabanas se interrumpe con la presencia de árboles característicos de los bosques secos, que crecen dispersos por las sabanas colinadas y florecen al anunciarse la época de lluvias.
Fotografía: Archivo iM Editores
La monotonía de las sabanas se interrumpe con la presencia de árboles característicos de los bosques secos, que crecen dispersos por las sabanas colinadas y florecen al anunciarse la época de lluvias.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Gavilán sabanero o caracará, Milvago chimachima.
Fotografía: Angélica Montes Arango
La vegetación predominante en la península de La Guajira es el matorral espinoso con arbustos y cactus columnares.
Fotografía: Archivo iM Editores
El mariapalito o insecto de palo, orden Phasmatodea, es muy común en los matorrales espinosos.
Fotografía: Archivo iM Editores
El cardenal guajiro, Cardinalis phoeniceus, es el ave emblemática del desierto de La Guajira.
Fotografía: Archivo iM Editores
Las hojas pequeñas y duras y la sustitución de éstas por espinas, son estrategias de las plantas del desierto para evitar la pérdida de agua.
Fotografía: Angélica Montes Arango
Las hojas pequeñas y duras y la sustitución de éstas por espinas, son estrategias de las plantas del desierto para evitar la pérdida de agua.
Fotografía: Archivo iM Editores
El paisaje del extremo norte de la península de La Guajira está dominado por campos de dunas desprovistos de vegetación.
Fotografía: Archivo iM Editores
La variedad de ecosistemas de agua dulce del Caribe continental comprende grandes ríos con extensas llanuras de inundación y ciénagas, así como torrentes de montaña. Río Magdalena.
Fotografía: Archivo iM Editores
La variedad de ecosistemas de agua dulce del Caribe continental comprende grandes ríos con extensas llanuras de inundación y ciénagas, así como torrentes de montaña. Depresión Momposina.
Fotografía: Archivo iM Editores
La variedad de ecosistemas de agua dulce del Caribe continental comprende grandes ríos con extensas llanuras de inundación y ciénagas, así como torrentes de montaña. Río Badillo.
Fotografía: Angélica Montes Arango
La Depresión Momposina y La Mojana conforman uno de los complejos de humedales más extensos de Colombia.
Fotografía: Archivo iM Editores
El caimán aguja, Crocodylus acutus, es una de las especies más emblemáticas del sistema fluvial del río Magdalena.
Fotografía: Archivo iM Editores
Las lagunas y otros humedales costeros son el hábitat de diversas especies de aves, tanto residentes como migratorias. Flamencos rosados.
Fotografía: Archivo iM Editores
Las lagunas y otros humedales costeros son el hábitat de diversas especies de aves, tanto residentes como migratorias. Avocetas.
Fotografía: Archivo iM Editores
Las lagunas y otros humedales costeros son el hábitat de diversas especies de aves, tanto residentes como migratorias. Ibis negros.
Fotografía: Archivo iM Editores
Panorámica aérea de un sector de la planicie de inundación del río Magdalena.
Fotografía: Angélica Montes Arango
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