Muchos
años después de haber sentido nuestra primera
fascinación por el gigantesco río, tuvimos
la oportunidad de recorrerlo, conocerlo y admirarlo nuevamente.
En la Gran Cuenca del Magdalena, prácticamente
se encuentran todos los ecosistemas de las regiones Andina
y Caribe: cumbres volcánicas que alcanzan los 5.365
msnm, grandes extensiones de páramos, altiplanos,
bosques de niebla, bosques andinos, valles fértiles,
desiertos áridos, amplias zonas inundables, sabanas,
ciénagas, litorales; en fin, la síntesis
de la naturaleza que conforma este bello país tropical.
La historia del río se inicia con la formación
de los ramales de las cordilleras colombianas y en su
largo recorrido de 1500 km, desde el Macizo Colombiano
—la estrella hidrográfica más importante
del país—, hasta su desembocadura en las
Bocas de Ceniza, atraviesa profundos cañones en
las empinadas laderas de las montañas del sur del
territorio, estrechos valles enmarcados por las cadenas
montañosas, escalonamientos que aceleran el paso
de las aguas, depresiones que en algunos lugares se encuentran
bajo el nivel del mar, sabanas que se formaron por los
sedimentos arrastrados por el río y finalmente
el mar, donde sus aguas alcanzan a penetrar más
de 100 kilómetros y sus sedimentos llegan a lugares
tan remotos como el Golfo de Urabá.
Este gigantesco río también ha escrito casi
todas las páginas de la historia del país.
Sus riberas fueron testigos del paso de los primeros pobladores
que huían de los fríos inclementes en la
época de las glaciaciones; de las primeras colonizaciones
de los grupos Karib que
buscaban nuevas tierras y de la los europeos que iban
en pos del mítico Dorado; allí se gestó
la raza del hombre colombiano y en su gran cuenca se desarrolló
la nueva nación.
El equipo editorial de I/M Editores, el autor del libro,
Carlos Castaño Uribe y los fotógrafos Stephan
Riedel y Fredy Gómez, queremos compartir con los
lectores, la maravillosa experiencia de recorrer aquellos
lugares y paisajes que forman parte de la cuenca más
importante del norte de Sur América y de compenetrarnos
con sus habitantes siempre alegres, amables y hospitalarios.
Los invitamos entonces a formar parte del creciente grupo
de colombianos que trabajan por la buena imagen del país
y propician la protección y conservación
de su naturaleza.
Los
Editores